
Profesor: José Luis Cueva Carrasco
Especialidad: Ciencias Sociales
LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA Y LOS TEXTOS ESCOLARES
Hace pocos meses, el país se vio sorprendido por la posible inscripción del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) en el Jurado Nacional de Elecciones y por los reportajes que mostraban el desconocimiento de los jóvenes sobre el terrorismo. Muchas de las críticas se volcaron hacia la educación ofrecida en las instituciones educativas, y se responsabilizó principalmente a la escuela de la ignorancia y el olvido de la violencia vivida durante dos décadas. Ante ello, la ministra Patricia Salas expresó la voluntad del Ministerio de Educación de incluir la información brindada por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) en los textos escolares. La polémica, nuevamente, no se hizo esperar. 1En general ―dejando de lado varias infortunadas opiniones―, se critica que el informe de la CVR genera demasiadas objeciones y discrepancias. Entonces nos preguntamos por qué ello sería un impedimento para ser trabajado por miles de estudiantes en todo el país. Queremos partir de esta pregunta para reflexionar sobre la enseñanza de la historia en la escuela.
Desencuentro de historias
Una rápida mirada a la enseñanza de la historia en las aulas escolares nos muestra la coexistencia de diversas versiones―que se vinculan y se contradicen a la vez― sobre el pasado de nuestro país. De un lado, tenemos la versión reconstruida por los historiadores, la cual no siempre está presente en las aulas, y si lo está, rara vez se encuentra actualizada. Lo usual es, más bien, que se adopten enfoques o se validen contenidos que hace muchos años la historiografía dejó atrás. Lo anterior es resultado de que, en el Perú, han existido siempre dificultades para acercar el conocimiento académico a la escuela. Son pocos los docentes que pueden tener acceso a los nuevos enfoques y las últimas fuentes que se presentan en la historiografía, y son casi inexistentes los esfuerzos de la academia por acercar el conocimiento histórico a la educación escolar.
De otro lado, existe también en las aulas (aunque minimizada y por lo general poco valorada) la historia cotidiana, aquella representación que elaboran las comunidades sobre su pasado, y que se vincula con la construcción de la memoria colectiva. Este relato, que forma parte de los conocimientos con los que llegan los alumnos a las escuelas, es tomado en cuenta por los maestros solo para motivar a los estudiantes a participar o a prestarles atención a los temas de la clase. No son tratados como conocimientos que sean valiosos en sí mismos, que puedan integrar el corpus de contenidos que merecen ser trabajados en la escuela.